<< Y seguías dejando atrás kilómetros y kilómetros,
como un autómata , como alguien que está maldito
y debe seguir inexorablemente expiando su culpa … >>
José M. García – Millariega
Este era un día muy esperado para mi por varias razones, muchas de ellas son comunes a otras carreras, a otros retos , la principal de ellas es disfrutar al máximo de lo que me hace feliz, de lo que cada día hace que en mi cara se vea dibujada una sonrisa, y esa no es otra cosa que el hecho de ser libre , de superarme una vez más, de poder hacer lo que quiero hacer.
Era también un día muy esperado, por que por primera vez y ya hace mucho que tengo ganas de ello, corríamos al lado de nuestro padre en el ultrafondo , ese que para nosotros solo tiene palabras de agrado , ese que siempre nos está dando consejos , ese que abre la boca dando clases magistrales sin quererlo , el mismo que constantemente nos está halagando y dando aliento en cada uno de nuestros retos , una leyenda en activo del ultrafondo mundial , el mismo que firma la cita con la que comienza esta crónica , alguno pensará que soy un pelota , yo pienso que no me importa lo que piense alguno, por que si alguien realmente sabe lo que pienso ese es Don José M. García Millariega .
Ya desde por la mañana temprano ( 3 de la madrugada ) fue hablando con nosotros de mil carreras, de mil anécdotas, lecciones madrugadoras que hacen de un cansado viaje un agradable paseo, antes de darnos cuenta estábamos en Santa Cruz de Bezana con mil consejos, varias veces me repitió. – Madri…. Sal despacio y controla el ritmo de carrera ¡. Ese entre otros tantos consejos, que siempre tengo muy en cuenta.
Y dieron la salida, sin apenas haber vislumbrado aun los primeros rayos de sol, nos encontrábamos en plena carrera, sabía perfectamente como estaba y lo que debía de hacer antes incluso de haber comenzado la carrera, encontrar un ritmo rápido y constante, el ritmo de Cristina y Alberto era el ritmo ideal para eso, ellos controlan como nadie ese equilibrio , y tienen una gran cualidad, lo saben mantener de una manera formidable.
Esa misma cualidad posee Millariega , y esperamos pronto poseer nosotros.
Los kilómetros pasan bastante agradablemente, pero desde muy temprano ya el sol deja claro que va dejar tras de si un largo y duro día. No nos equivocamos en lo más mínimo, el calor aprieta de una forma impresionante, en la tercera vuelta Demetrio se descuelga de nuestro grupo , pero yo quiero continuar , debo de hacerlo el máximo tiempo que pueda a ese ritmo,así aseguraré un colchón que me permita ir más cómodo, pasamos la maratón en 3 horas 30 minutos, siento dentro de mi que aun tengo mucha fuerza , pero las piernas me dicen que ese asfalto es extremadamente duro, solo un poquito más repito una y otra vez para mis adentros .
Llega el kilómetro cincuenta , con el multitud de abandonos , me parece injusto que la climatología sea tan determinante, hay gente muy destrozada que lleva todo el año preparándose para estar ahí , que otras veces lo han conseguido sin mayor problema y esta vez se vuelva todo tan duro, tan adverso.
Yo he conseguido lo que me proponía , ahora solo debía saber administrar correctamente mi tiempo , ya había cumplido el objetivo principal que era disfrutar, ahora había que llegar en las 11 exclusivas horas límite para este riguroso circuito.
Como tenía un margen de tiempo bastante amplio en el kilómetro 60 me di un masaje, para descargar un poco las piernas , me vino de perlas la verdad, aproveche el momento para hidratarme y recuperar un poco de aliento , ya eran unas cuantas las horas que llevábamos allí corriendo, y nos quedaban otras pocas.
Los kilómetros seguían saliendo, pero junto a ellos el cansancio cada vez se hacía más palpable , en el kilómetro 80 me volví a consentir otro masaje , pero ya no podía descuidarme más , ahora tocaba el último esfuerzo .
Los últimos 15 kilómetros fueron duros , mucho , más psicológicamente que físicamente, sabía que ya lo tenía ahí pero ansiaba que fuera ya , a veces no sabemos esperar o no queremos saber hacerlo, sabía que llegado el momento algo así me iba a pasar, tan pronto se me escapaba una sonrisa como una lagrima , y en cada uno de esos 15000 metros me venia a la mente los recuerdos de mis padres, y pensaba dadme un poquito más de fuerza que ya lo tenemos, y con ese poquito de fuerza fuimos juntos durante esos últimos quince kilómetros hasta la línea de meta ……
José ha sido un verdadero privilegio poder compartir contigo esos kilómetros (75-80) igual que todas esas vivencias .
Hermano entre nosotros la palabras sobran ya las hemos vivido y visto de todos los colores, como siempre es un placer , siempre tendremos una gran meta que alcanzar y grandes retos que realizar.
Y si a alguien le tengo que dar las gracias de forma especial es a mi hermana , por que no juzga , no duda , sencillamente se vuelca y da apoyo incondicional, gracias ¡¡¡
Gracias también a ti , que me has dado tanta fuerza , tantos ánimos , ya verás como lo conseguimos ….