Ha sido especial formar parte de un proyecto tan grande y atractivo como Riaño Trail Run, desde el primer momento a mi al igual que a miles de corredores les trajo la idea de formar parte de ello, unos días con dorsal en unas de las sierras montañosas más bonitas del mundo, con los mejores corredores del mundo, donde se tendría en cuenta la opinión de todos para hacer de Riaño Trail Run una carrera, segura, atractiva para la primera edición que tendrá lugar el año que viene.
Bien es cierto que los números que en un origen se pensaron barajaron quedaron un poco lejos de la realidad de la mayoría de los corredores, ya no solo la exigencia kilométrica estuvo presente, si no que la dureza del terreno y la alta técnicidad del mismo hicieron que para que la experiencia fuera más acorde con lo que se necesitaba se recortasen o dividieran las etapas buscando el constante feedback de todos los participantes, lo que hace que la propuesta de una edición cero sea algo muy atractivo no solo para esta carrera, si no para otras organizaciones, que buscan una alta distinción para sus pruebas.
Conviviendo elites y populares, pasamos unos días inolvidables con base central en el encantador pueblo de Riaño, no voy a detenerme en cada etapa a contar paso a paso lo que ha acontecido, simplemente arrojaré reflexiones, algunos números y muchas gracias por contar con nosotros para algo tan original e importante.
La primera etapa en Origen superaba los 42 kilómetros y los 5.500 metros de desnivel acumulado, con salida en Velilla de río Carrión hasta Boca de Huérgano, la salida era neutralizada hasta el kilómetro 22 donde los que quisieran continuar podrían hacerlo a partir de ese punto a toda maquina, la salida y el ritmo fueron suaves, los primeros kilómetros corrribles, aun así pensé que era buena idea venir detrás de todo con Depa de cierre y eso fue lo que hice, en la subida al famoso Espiguete comienzan las primeras partes técnicas de verdad con pasos aéreos algo complicados para corredores sin experiencia en montaña, el cresterio del espiguete es muy bonito, las vistas son espectaculares al igual que la bajada la cual no es nada sencilla tampoco, esa jornada terminó ara nosotros en el kilómetro 22, con una experiencia importante que realmente nos sirvió a todos para aprender muchas cosas y aunque hubo momentos algo complejos, los recordaré con una sonrisa como algo muy positivo.
La segunda etapa daba la oportunidad de dividir de la misma manera la carrera en una primera parte de unos 17 kilómetros y la segunda de unos 25, la más dura era la primera, y es por la que me decanté salir de Caín para encarara de primeras la Canal de Dobresengos con un desnivel positivo en los primeros 5,6 kilómetros de 1600 metros, comencé suave para a mitad de subida decidí darle un poco más fuerte, las vistas en esta parte de picos son espectaculares y sin duda disfruté de lo lindo.
Bien es cierto que los números que en un origen se pensaron barajaron quedaron un poco lejos de la realidad de la mayoría de los corredores, ya no solo la exigencia kilométrica estuvo presente, si no que la dureza del terreno y la alta técnicidad del mismo hicieron que para que la experiencia fuera más acorde con lo que se necesitaba se recortasen o dividieran las etapas buscando el constante feedback de todos los participantes, lo que hace que la propuesta de una edición cero sea algo muy atractivo no solo para esta carrera, si no para otras organizaciones, que buscan una alta distinción para sus pruebas.
Conviviendo elites y populares, pasamos unos días inolvidables con base central en el encantador pueblo de Riaño, no voy a detenerme en cada etapa a contar paso a paso lo que ha acontecido, simplemente arrojaré reflexiones, algunos números y muchas gracias por contar con nosotros para algo tan original e importante.
La primera etapa en Origen superaba los 42 kilómetros y los 5.500 metros de desnivel acumulado, con salida en Velilla de río Carrión hasta Boca de Huérgano, la salida era neutralizada hasta el kilómetro 22 donde los que quisieran continuar podrían hacerlo a partir de ese punto a toda maquina, la salida y el ritmo fueron suaves, los primeros kilómetros corrribles, aun así pensé que era buena idea venir detrás de todo con Depa de cierre y eso fue lo que hice, en la subida al famoso Espiguete comienzan las primeras partes técnicas de verdad con pasos aéreos algo complicados para corredores sin experiencia en montaña, el cresterio del espiguete es muy bonito, las vistas son espectaculares al igual que la bajada la cual no es nada sencilla tampoco, esa jornada terminó ara nosotros en el kilómetro 22, con una experiencia importante que realmente nos sirvió a todos para aprender muchas cosas y aunque hubo momentos algo complejos, los recordaré con una sonrisa como algo muy positivo.
La segunda etapa daba la oportunidad de dividir de la misma manera la carrera en una primera parte de unos 17 kilómetros y la segunda de unos 25, la más dura era la primera, y es por la que me decanté salir de Caín para encarara de primeras la Canal de Dobresengos con un desnivel positivo en los primeros 5,6 kilómetros de 1600 metros, comencé suave para a mitad de subida decidí darle un poco más fuerte, las vistas en esta parte de picos son espectaculares y sin duda disfruté de lo lindo.
Llegué a ese primer avituallamiento bastante rápido, y bien, pero reconozco que llevaba encima 2,5 litros de agua y no me sobró ni una gota.
El último día la etapa se recorta a la mitad para todo el mundo, 25 kilómetros para poner la guindilla al pastel y aquí si que ya me quiero exigir más para ver como me responde el tobillo, salimos de Salamón y lo hacemos suave, toca un pequeño repecho y para abajo hasta el kilómetro 8 , bajo rápido sabiendo que a mi en la subida se me acaba la fiesta, así es hago las subidas con calma pero muy contento por que las molestias han sido cero. Esta etapa tiene algo muy especial, el Gilbo, el que quiera saber lo que es está en la foto de abajo, el más afilado de todos, una de las montañas más bonitas que tenemos por el norte, el cresterio es muy técnico y afilado, es sin duda muy especial, sólo por el ha merecido la pena todo el esfuerzo.
El descenso del mismo tiene también su miga, pero una vez abajo solo queda un paseo hasta la meta en Riaño.
Ha sido una experiencia única, donde he podido conocer, trabajar y convivir con personas excepcionales, haciendo una labor que creo que es muy importante para asentar bien los cimientos de lo que sin lugar a dudas va a ser una de las mejores carreras por etapas en el mundo, teniendo como objetivo el desarrollo rural y el conocimiento de la Montaña de Riaño y Mampodre, una montaña que dejará huella en todos los que acudáis a ella como lo ha hecho ya en nosotros.
Simplemente gracias a todos por la oportunidad de formar parte de algo tan especial, de ahí me llevo buenos recuerdos, grandes momentos y buenos amigos, gente que admiraba y que ahora admiro más.
Para el que quiera más datos <<<<<<RIAÑO TRAIL>>>>>>
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