Me encantan las carreras que presentan novedades, que se salen de los estándares a los que estamos habituados, y el Trail nocturno de Illas prometía cuanto menos ser diferente.
Ya había corrido alguna vez de noche, ¿pero hacerlo a tope?, no eso nunca lo había hecho.
Hay un ambiente increíble y somos más de 300 los corredores que estamos expectantes y nerviosos en una linea de salida escuchando el briefing de carrera, todos queremos que comience ya, tenemos ganas de experimentar y de estrujar los sentidos al límite, quizás eso sea lo que más me llame de esta carrera, el tener que desarrollar los sentidos, sincronizar más con el medio, para poder ir a tope.
Comenzamos la cuenta atrás, y al llegar a cero, salimos como una manada de búfalos, no miro atrás, salgo el primero, aunque se que en menos de un kilómetro perderé ese liderato, así es, me pasan cuatro corredores para engancharme a mi compañero de equipo Marcos Cea e ir en 6 y 7 plaza, vamos los dos a buen ritmo, corriendo rápido por un bosque bajo pero siempre en subida, ahora no hay miramientos, no hay paisajes que ver ni una inmensa serpiente de luces a la que admirar, ahora solo cabe correr, correr rápido para que no nos den alcance.
Me empiezo a separar de Marcos, y algún corredor se acerca, se empieza ver algún paisaje, en la primera zona del cortafuegos ya se empieza apreciar lo mágico de esta carrera, el como poco a poco antes nuestros ojos se levanta los pueblos cercanos, Avilés etc..
Sigo apretando, aunque no quiero desfondar para la bajada los ritmos que llevamos son de locura, como se nota que aquí correr gente de asfalto.
Llegamos al Gorfoli, y nos tiramos monte abajo a ritmos de 3:40 min/km voy en posición 17, he perdido unas cuantas, pero se que si doy seguido a ese ritmo voy a coger a gente bajando.
Así es, aprieto muy fuerte, disfruto viendo el esplendor de la noche, viendo a nuestra compañera la luna, la vita está habituada a esa oscuridad, así que ya corro sin ningún tipo de miedo.
Llegamos al cortafuegos de nuevo y ahí me encuentro con varios corredores, es una zona resbaladiza, pero se que es arena limpia, así que no dudo un segundo en tirarme al suelo como si fuera un tobogan, gracias a eso los adelanto y sigo apretando hacia abajo.
Se escucha de fondo Metallica, estamos llegando a meta, aprieto más y con un ambiente espectacular llego en una fantástica 13 posición ha habido premio a tanto esfuerzo.
Carrera de 10, lleno de voluntarios, avituallamientos completos y bien señalizada, carrera diferente y mágica. ¿Que más se puede pedir? Una III edición.
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