Sonrisas y, también, caras de concentración, es lo que predominaría en una cita que regalaría diversión a todos sus participantes a lo largo de la mañana del domingo. Tras la prueba, la mejor recompensa: una botifarrada popular. La mayoría de los participantes disfrutarían de su primera carrera de descenso vertical, al ser una de las disciplinas más jóvenes del trail.
“Estamos muy satisfechos con el resultado de esta carrera porque, básicamente, los corredores se han mostrado muy contentos. A nivel de meteorología, nos ha acompañado el tiempo, con buena visibilidad y buena temperatura y esto a contribuido a que hayan podido disfrutar de las grandes vistas que tiene el circuito de La Molina”, explicaba David Prieto, director de la prueba.
La Molina ha sido el escenario escogido para celebrar esta primera prueba de Fly Running que se ha convertido en una auténtica fiesta del descenso. “Ha sido una prueba piloto de cara a las Fly Running Series de 2017, una primera edición y nos ha dado a entender que va a haber mucha afición hacia este tipo de carreras y hemos visto a los corredores bastante animados de cara a participar en las próximas series”, decía Prieto.
Y es sólo el primer paso, el aperitivo de lo que llegará el año que viene: las Fly Running Series 2017 que tendrán parada en La Molina y en la Vall de Núria y se cerrarán con una prueba de exhibición en una montaña mágica del país, que en 2017 será el Pedraforca.
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