Que mágico es el ultrafondo, aunque hace muchos años dije que le faltaba glamour y lo sigo pensando, no recordaba bien por que había dejado de hacer carreras en ruta, ahora si, y es que las carreras en ruta a través de las montañas son mucho más yo.
No obstante la cita estaba ahí, para participar cinco compañeros y testar en que punto nos encontramos, la verdad es que daba igual hacer 30 que 50 el caso es como se hacían los kilómetros, y ahí es donde todos dimos la cara o incluso algo más.
El día estaba muy feo en los alcázares, vientos que en la mitad del recorrido eran en contra y que penalizaban una barbaridad, y no es lo que frene que también, es lo que revienta. Así pues tomamos la salida, todo el equipo en posiciones de cabeza y a tirar kilómetros como locos, las idas eran penurias, las vueltas alegrías, en seguida comenzamos a doblar a gente en el circuito de 5 kilómetros, y no era el día, menos mal.
Yo fui cómodo, conservador, y equivocado, iba tirar a 50 km y en el 30 con los pies llenos de ampollas me costaba hasta caminar, un poco más me dije y conseguí llegar al cuarenta en la primera posición. Nada que ver con mis compañeros, ellos tiraron con todo y agotaron los podios en 50 kilómetros, y no hay equipo señores, hay equipazo.
Una buena fiesta en la que la organización no estuvo ni de lejos a la altura, y es una pena por que en carreras así con menos de nada lo tienes todo hecho.
Será difícil verme de nuevo en ruta, aunque no imposible.
No obstante la cita estaba ahí, para participar cinco compañeros y testar en que punto nos encontramos, la verdad es que daba igual hacer 30 que 50 el caso es como se hacían los kilómetros, y ahí es donde todos dimos la cara o incluso algo más.
El día estaba muy feo en los alcázares, vientos que en la mitad del recorrido eran en contra y que penalizaban una barbaridad, y no es lo que frene que también, es lo que revienta. Así pues tomamos la salida, todo el equipo en posiciones de cabeza y a tirar kilómetros como locos, las idas eran penurias, las vueltas alegrías, en seguida comenzamos a doblar a gente en el circuito de 5 kilómetros, y no era el día, menos mal.
Yo fui cómodo, conservador, y equivocado, iba tirar a 50 km y en el 30 con los pies llenos de ampollas me costaba hasta caminar, un poco más me dije y conseguí llegar al cuarenta en la primera posición. Nada que ver con mis compañeros, ellos tiraron con todo y agotaron los podios en 50 kilómetros, y no hay equipo señores, hay equipazo.
Una buena fiesta en la que la organización no estuvo ni de lejos a la altura, y es una pena por que en carreras así con menos de nada lo tienes todo hecho.
Será difícil verme de nuevo en ruta, aunque no imposible.
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